EL SEÑOR DE LOS MILAGROS
El Señor de los Milagros es una imagen de Cristo en la cruz
pintada en una pared de adobe ubicada en el Altar Mayor del Santuario de
Las Nazarenas de Lima (Perú), y venerada por peruanos y extranjeros en
el Perú y alrededor del mundo, por quienes es considerada milagrosa. Su
procesión es una tradición peruana, considerada como la manifestación
religiosa católica periódica más numerosa del mundo. Fue pintada por un
esclavo de casta angoleña llamado Pedro Dalcón o benito, según Raúl
Porras Barrenechea. Se le conoce como Cristo Moreno debido a que, entre
sus creyentes, predominaba la gente negra. Podría estar relacionado,
según explica la historiadora María Rostworowski, con el culto milenario
al dios Pachacámac, tan solo por haber sido pintado en el Barrio de
Pachacamilla en el centro de Lima.
Las Cofradías de Negros:
La llegada de miles de personajes atraídos por
las noticias de prosperidad y riqueza. Debido a los traficantes de esclavos,
una parte importante de estos inmigrantes venían de la costa atlántica de
África occidental, que se clasificaban por castas: congos, mandingas,
caravelíes, mondongos, mozambiques, terranovos, minas y angolas.
Aproximadamente 10, 000 habitantes de Lima se organizaron de tal manera que
construyeron sus toscas cabañas o callejones divididos en aviva, es decir el
bantú o el kimbundo, cantaban canciones antiguas de sus tierras natales ya que
provenían del África Occidental. También se ocupaban de sus enfermos y se
preocupaban de que todos tuvieran un entierro decente, mediante pequeñas cuotas
de cofrades. De acuerdo a Jean Pierre Tardieu los esclavos angolas eran el
grupo más numeroso entre los esclavos negros, sin embargo no eran muy
valorados, es decir estaban entre los esclavos más baratos, pues por lo general
se les consideraba pusilánimes, enfermizos y poco propensos a la
cristianización. En esto último no está de acuerdo el historiador Armando Nieto
quien considera que más bien eran los de más fácil cristianización. Según Jean
Pierre Tardieu los jesuitas publicaron en 1629 la traducción al castellano del
libro Oraciones publicado en Portugal con oraciones en idioma angolano del jesuita
lusitano Mateo Cardoso SJ, y el padre general de los jesuitas en Roma Mucio
Vitelecchi planteó que el dominio del idioma angolano podía servirles a los
jesuitas en Perú como cuarto voto como sacerdotes. Un vocabulario de idioma
angolano fue confeccionado por el presbítero López de Castilla (SJ), sin
embargo los sacerdotes jesuitas doctrinaban a los angolas y otras etnias
mediante la llamada «lengua media», una mezcla de varios idiomas africanos
usados por los esclavos negros en Perú. Sobresalieron en la doctrina de negros,
los jesuitas Gabriel Perlín y Francisco del Castillo S. J., este último según
Tardieu elaboró un devocionario en idioma angolano.
Los africanos, tanto esclavizados como libres,
encontraron en la institución de las cofradías una válvula de escape para la
condición de opresión que sufrían en el Perú. Desde el siglo XVI se instituyen
cofradías de negros con aprobación eclesial. Eran agrupaciones de unos cien
miembros en promedio que estaban a cargo de un retablo o capilla en los templos
de Lima, dirigidas por un Mayordomo o Caporal, tenían una junta directiva
llamada «los veinticuatro» por el número de personas que lo conformaban. Entre
las destacadas están la de la Virgen de la Antigua de la Catedral, la de la
Virgen del Rosario de Santo Domingo y de San Antón en San Marcelo. Los locales
de la cofradía servían para los bautizos, reuniones y velorios. En ciertos
casos daban préstamos para que sus miembros manumitiesen, es decir se hicieran
libertos. Anthony de la Cruz en su tesis «Cofradías negras de Lima» (1984)
postula que la del Santo Cristo no alcanzó a conformarse formalmente como
cofradía, se trataría entonces de una pre-cofradía. Las cofradías de negros
participaban todos los años en la Procesión de Corpus Christi que era la más importante
de Lima.
La Cofradía de Pachacamilla:
Cerca al año 1651, cuando reinaba el Papado de
Inocencio X, en el Perú, el Virrey García Sarmiento de Sotomayor y como
Arzobispo de Lima, Pedro de Villagómez. Los negros angolas se agremiaron y
levantaron el local de su cofradía en la zona de Pachacamilla, en las afueras
de Lima. En la sede de la cofradía, o pre-cofradía como postula Antonhy de la
Cruz, en una de sus paredes de adobes del galpón, un esclavo angoleño negro
llamado, según se cree Benito, u Pedro Dalcón, plasmó la imagen de Cristo
crucificado. La imagen fue pintada al temple en una pared tosca, cerca de una
acequia de regadío, de un acabado imperfecto, además hay que resaltar que el
anónimo pintor no tuvo estudios completos de pintura, y que ejecutó la obra por
su propia devoción a Cristo.
El Terremoto de 1655:
El 13 de noviembre de 1655 a las 14:45 horas,
tuvo lugar un terrible terremoto que estremeció Lima y Callao, derrumbándose
templos, mansiones y las viviendas más frágiles, ocasionando miles de víctimas
mortales y damnificados. El temblor afectó también la zona de Pachacamilla y
las viviendas igualmente se derrumbaron. Todas las paredes del local de la
cofradía se derrumbaron, produciéndose entonces el milagro: el débil muro de
adobe en donde se erguía la imagen de Cristo quedó intacto, sin ningún tipo de resquebrajamiento.
escrito por Anthony Hurtado.
El milagro a Antonio de León:
Aproximadamente en 1670, Antonio de León (Raúl
Banchero le llama Andrés de León, mientras Rubén Vargas Ugarte, Antonio de
León), un vecino prominente de la Parroquia de San Sebastián que padecía de
terribles dolores debido a una metástasis en el cerebro, fue comunicado por una
esclava sobre el Cristo Moreno y sus milagros. Este, al no encontrar solución
en médicos y curanderos, acudió a la imagen, milagrosamente sus dolores desaparecieron.
Reprobación de las autoridades:
Las reuniones para venerar la imagen eran los
viernes por la noche, alumbrados por las llamas de cera; llevaban flores,
perfumando el ambiente con el sahumerio, entonando plegarias acompañándose de
arpa, cajas y vihuelas. Con el tiempo, se fue incrementando la peregrinación.
Muchas veces se produjeron hechos de índole distinta a las prácticas
religiosas. Viendo con malos ojos todos estos hechos el Párroco de San
Sebastián, José Laureano de Mena, hace de conocimiento al entonces virrey Conde
de Lemos, don Pedro Antonio Fernández de Castro que intervenga como autoridad,
para que prohibiese las reuniones y que diera la orden irrevocable de borrar al
Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos. El
Virrey traslado la solicitud a la máxima autoridad eclesiástica que era en ese
momento el Provisor y Vicario General Esteban de Ibarra, por haber fallecido el
Arzobispo Pedro de Villagomez. Este envió el 4 de septiembre al sitio al
promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galván, Laureano de Mena y el
Notario Juan de Uría, quienes verificaron la existencia de la imagen del Cristo
Crucificado, una concurrencia de unas doscientas personas que entonaron el
salmo miserere «Tibi soli peccavi» y la presencia del sacristán de la Parroquia
de San Marcelo José de Robledillo, a quien José Lara le llamó la atención de
autorizar con su presencia tal tipo de reuniones, se armó un tumulto en que los
congregados en el lugar rodearon a los representantes eclesiásticos que se
vieron obligados a abandonar el lugar. Esteban Ibarra dictaminó que se
prohibiesen tales reuniones y que se borrase la imagen, por lo cual entre el 6
y el 13 de septiembre de 1671, y se constituyó al lugar un comité especial
dispuesto por el Promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galán, un notario,
posiblemente el mismo Juan de Uría, un pintor indígena de brocha gorda y el
capitán de la guardia del Virrey, Pedro Balcazar, escoltado por dos escuadras
de soldados para el caso que se produjesen desmanes por la cantidad de curiosos
y vecinos que rodeaban el lugar.
El primero en intentarlo fue el pintor que al
momento de subir por la escalera hacia la imagen comenzó a sentir temblores y
escalofríos, teniendo que ser atendido, intentó de nuevo proseguir con su
tarea, pero al subir otra vez, fue tal su impresión que bajó raudamente y se
alejó asustado del lugar sin concretar el encargo. El segundo hombre, se acercó
a la imagen, pero algo vio en ella que le hizo desistir de raspar la imagen. El
tercero, fue un soldado real de ánimo más templado, éste subió, pero bajó
rápidamente explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen, vio que ésta
se ponía más bella y que la corona de espinas se tornaba verde.
Ante la insistencia de las autoridades por borrar
la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó a proferir grandes voces.
En vista de lo cual el virrey y el vicario Ibarra decidieron revocar la orden y
el Vicario Ibarra autorizó su culto. Luego de una visita del virrey y su
esposa, dispusieron se levante una ermita provisional. El 14 de septiembre de
1671 se celebraría la primera misa oficial en la ermita.
Altar mayor y mural Señor de los Milagros de
Nazarenas de Lima.:
La primera misa ante las altas autoridades
eclesiásticas y civiles:
El 14 de septiembre de 1671 se ofició la
primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles, en la
recientemente inaugurada ermita que se erigió por orden del virrey Pedro
Antonio Fernández de Castro, Conde de Lemos, fecha que coincide con el día de La
Exaltación de la Cruz, comenzándose a difundir el culto y a llegar de
diferentes lugares numerosos fieles, comenzándolo a llamar al crucificado Santo
Cristo de los Milagros, o de Las Maravillas. Un detalle muy resaltante fue la
gestión del Párroco de San Sebastián y de Doña Margarita Andy Tebes Manrique de
Lara para el traslado del Mural a dicha parroquia, pero no esperaron la
negativa de las autoridades y de los fieles. Días después de tan memorable
ceremonia se nombra como primer mayordomo de la entonces Ermita del Santo
Cristo de los Milagros a don Alemán.
Sebastián de Antuñano:
Nacido en Vizcaya en 1653, fue el máximo
benefactor, por un voto hecho en España, llegado a Lima se dirigió en 1684 a la
ermita del Señor de los Milagros, y mientras contemplaba la sagrada efigie se
cuenta que repentinamente sintió que el Señor le iluminaba su frente y una voz
interior que le susurraba con claridad: «Sebastián, ven a hacerme compañía y a
cuidar del esplendor de mi culto». Puesto de rodillas le ofreció servicio
incondicional hasta el final de sus días. Después del pavoroso terremoto de
1687, Antuñano tuvo la idea de sacar en procesión una copia fiel del Cristo de
los Milagros. Siete años más tarde, Antuñano sintió cercano el fin de sus días,
y habiendo hecho testamento el 17 de diciembre de 1716, con todos los auxilios
de la Iglesia, falleció en la noche del 20 al 21 de diciembre del mismo año.
Tenía sesenta y cuatro años de edad y estuvo al servicio del Cristo de los Milagros
por treinta y tres años. Sus restos reposan en el Templo de Las Nazarenas.
El terremoto y la primera procesión:
El 20 de octubre de 1687, a las 4:45 am, un
violento terremoto que según cronistas de la época duró más de 15 minutos (sic)
arrasó Lima junto al Callao, teniendo una réplica a las 6:30 am, derribando la
ermita edificada en honor al Cristo. Ante la sorpresa general la pared de la
imagen del crucificado quedó nuevamente en pie, por lo que se ordenó la
confección de una copia al óleo y que por primera vez saliera en andas por las
calles de Pachacamilla por idea de Sebastián de Antuñano. Una vez elaborado el
trasunto o copia se sacó en procesión.
El Patrón Jurado por la ciudad de Lima:
Andas del Señor de los Milagros en una misa en
los exteriores del Santuario de las Nazarenas el 18 de octubre de 2004.
Cabe reseñar que el Cabildo de Lima, dada su
protección constante contra los diversos temblores y terremotos, y al haber
quedado inalterado por estos movimientos, y previa gestión de Sebastián de
Antuñano, sor Josefa de la Providencia y del Padre Alonso Messía S.J., se
declaró el 21 de septiembre de 1715 al Cristo de los Milagros como «Patrono
jurado por la Ciudad de los Reyes contra los temblores que azotan la tierra», y
desde aquel momento quedó oficializado su culto entre los vecinos de Lima,
quienes lo tenían ya como su devoción predilecta. A partir de ese momento fue
llamado como se le conoce actualmente El Señor de los Milagros de Nazarenas. EL
CABILDO.- Este documento merece conocerse, porque es el primer homenaje
tributado por la ciudad al que había de ser su Patrono. Dice así: “En la muy
noble y Leal Ciudad de los Reyes del Perú en veintiún día del mes de Setiembre
de mil y setecientos y quince años, se juntaron el Cabildo, la Justicia y
Regimiento de la dicha ciudad en la Sala de Ayuntamiento, como lo hacen de
costumbre para tratar y conferir las cosas tocantes al servicio de Dios Nuestro
Señor y de Su Majestad, que Dios guarde, bien y útil de la República: conviene
a saber los señores Maestre de Campo D. Sebastián Palomino Pendón, Regidor
perpetuo desta dicha ciudad, General D. Joseph Sarmiento de Sotomayor y de los
Ríos, Conde de Portillo, Señor de la Villas de San Salvador de Sabusedo y la
Samoyana, ambos Alcaldes Ordinarios de esta ciudad, por su Magestad, D. Pedro
Lazcano Centeno de Váldez, Alférez Real y Juez de aguas, D. Joseph Merino y
Jarava, Alguacil Mayor D. Martín Joseph Mundarra, Marqués de Santa María, D.
Carlos González Terrones, Capitán D. Diego de la Presa Carrillo y el Dr. D. Joseph
Velaochaga, Regidores perpetuos de esta ciudad por Su Magestad y lo que ante mí
el presente escribano se notó y confirió fue lo siguiente: En este Cabildo se
notó y confirió haber mostrado la experiencia los muchos milagros que ha
ejecutado Nuestro Señor Jesucristo, el cual intitulan y llaman el Santo Cristo
de los Milagros y habiendo tantos años que padece esta ciudad tantas
calamidades, así en la esterilidad de los campos, epidemias y otras
fatalidades, para que su Divina Magestad mejore los tiempos y la libre de todo
mal y contagio, se obliga este Cabildo a dotarle una misa cantada con toda
solemnidad y pompa, el día 14 de Setiembre, en que se celebra la Exaltación de
la Santa Cruz, a que asistiría el Cabildo para siempre. Y respecto de que la
Madre Josefa de la Providencia ha pedido se le aplique el pedregal que está al
pié del cerro San Cristóbal para fabricar y formar alguna huerta con las
limosnas costear dicha misa, se resolvió por todos los señores capitulares se
aplique dicho pedregal haciendo vista de ojos del y los señores comisarios de
los solares con el Maestro Mayor de la Fábrica, para que lo mida y tasen y de
todo se hará consulta y representación a Su Excelencia suplicándole se sirva de
confirmar este cabildo y ordenación. Y en veintisiete de dicho mes de Setiembre
el dicho Cabildo, Justicia y Regimiento de dicha ciudad por ante mí el
escribano pasaron a hacer e hicieron el voto promesa y juramento siguiente: “
Nos, la Justicia y Regimiento de la Muy Noble y Leal Ciudad de los Reyes del Perú,
considerando las calamidades que padecemos y temiendo por nuestras culpas
mayores castigos, implorando la Divina Misericordia que experimentamos en la
Sagrada Imagen del Santo Cristo de los Milagros que se venera en el Santuario,
sito en los confines desata ciudad, hacemos promesa, juramento y voto sobre los
Santos Evangelios de cuidar y atender a su mayor culto y veneración, celebrando
todos los años su fiesta, el día de la Exaltación de la Cruz, pidiendo
humildemente a su Divina Majestad que sea guarda y custodia desata ciudad, para
que la defienda de los enemigos visibles e invisibles y de todos cualesquiera
males y trabajos que la puedan afligir y lo firmamos en dicha ciudad, en
veintisiete de Setiembre de mil setecientos y quince. – D. Sebastián Palomino y
Rendón. – El Conde del Portillo. – D. Pedro Lazcano Centeno. – D. José Merino
de Heredia y Jarava. – Marqués de Santa María. – D. Carlos González Terrones. –
D. Diego Carrillo de la Presa. – D. Joseph Velaochaga. – Ante mí, D. Diego
Delgado de Salazar, Escribano de su Magestad. En 1937, el alcalde de Lima Luis
Gallo Porras, hizo entrega del Escudo de la ciudad, el cual fue colocado en el
vértice superior de las andas del Señor. El 18 de octubre de cada año, la
Municipalidad Metropolitana de Lima le rinde un solemne homenaje en la Plaza
Mayor de la capital, en nombre de toda la ciudad.
Sor Antonia Lucía del Espíritu Santo:
Nacida en Guayaquil en 1646, la Madre Antonia
Lucía del Espíritu Santo, quien había fundado en El Callao un beaterio, al que
denominó Colegio de Nazarenas, el mismo que fracasó ante las excesivas
exigencias de sus donantes. Luego se traslada a Lima a la zona de Pachacamilla
que le dejó como herencia Antuñano donde incluía la bendita efigie del Señor,
para ser más precisos donde actualmente se levanta el Santuario. Y funda el
beaterio (y posteriormente monasterio) de las Nazarenas, quedando adscrito al
Santo Cristo prometiendo su guarda y custodia para siempre; sin embargo, la
institución necesitaba de la autorización real para funcionar. Al morir la
Madre Antonia, el Beaterio designa como superiora a sor Josefa de la
Providencia, quien, tras 18 años de lucha, consiguió que en 1720 el rey de
España, Felipe V, y el papa o Benedicto XIII, en 1727, otorgaran la licencia y
aprobación para la fundación del Monasterio de las Nazarenas y su
transformación en el monasterio de clausura agregado a la Orden de las Carmelitas
Descalzas, quedando oficialmente inaugurado el Monasterio el 11 de marzo de
1730.
El terremoto y maremoto de 1746:
El 28 de octubre de 1746 el día en que se
registró el peor terremoto ocurrido en Lima, Callao fue destruido por un
maremoto, siendo virrey del Perú el conde de Superunda, don José Manso de
Velasco fue así como había una vez, cada año, en este día, sale el Señor de los
Milagros en Procesión y se hace su día festivo central.
El Templo de las Nazarenas:
Por decisión y apoyo incondicional del
entonces virrey Manuel Amat y Juniet, aportar anualmente desde el año de 1764
hasta 1776, 150 pesos de la época como limosna para la construcción del nuevo
Templo de Nazarenas, llegando a duplicar en la cuaresma de 1775 la limosna.
También colaboró en todos los estudios técnicos de los planos de la obra, la
inspección de la construcción y todos los permisos necesarios para que
finalmente fuera inaugurada el 21 de enero de 1771 ante el júbilo de las Madres
Nazarenas como el pueblo de Lima. Cabe resaltar que la idea originalmente fue
de Micaela Villegas la Perricholi, quien era devota del Señor de los Milagros,
y un buen día visitó la ermita y al verla en lamentable estado, decidió
levantarle un templo digno para su culto, e hizo las coordinaciones con su
pareja sentimental el virrey Amat y se ejecutó la obra, con recursos propios y
del pueblo limeño.
Nuevas obras en el Santuario y Monasterio de
Nazarenas:
Estos nuevos proyectos que hoy en día ven la luz
de la realidad, comenzaron el 13 de septiembre de 1966, con la llegada de
cuatro religiosas provenientes de Vitoria, España, quedando 2, sor María
Soledad de Nuestra Señora y sor María Rosa del Pilar (f. 12 de septiembre de
2010), ya que sor Carmen de la Eucaristía y Juana María de la Cruz retornaron
años después a España. Llegado a los pocos días el mes de Octubre, el día 17,
un pavoroso terremoto destruyó lo poco que estuvo en pie luego de la
reconstrucción de 1955 del terremoto del 24 de mayo de 1940. Luego de
decisiones y acciones tomadas, se pudo iniciar la reparación total del
monasterio quedando totalmente terminado y bendecido el 9 de octubre de 1968
por el entonces cardenal Juan Landázuri Ricketts. También se inauguró el
edificio Astoria.
En 1980 se inauguró el enrejado del Santuario
de Nazarenas de estilo rococó ya que va de acuerdo a la época de construcción
del Santuario. En 1987 se empezó a construir la Capilla de la Reconciliación
diseñada por los arquitectos José Antonio Vallarino Vinatea y Oscar Borasino
Peschiera, concluida en 1989, y que en 1992 les mereció el premio Hexágono de
Oro en la VIII Bienal de Arquitectura convocada por el Colegio de Arquitectos
del Perú, así como en 1993 obtuvieron el premio internacional en la Bienal de
Arquitectura de Quito.
Entre abril de 1991 hasta julio de 1993 se
realizaron las restauraciones de los cuadros procesionales del Señor de los
Milagros y de Nuestra Señora de la Nube, así como también del Muro Original.
Entre 1994 hasta 1999, se efectuó la restauración
del Santuario de Nazarenas siendo inaugurada la obra el 14 de septiembre de
1999. El 14 de noviembre de 2001 se inauguró el sistema de iluminación del
Santuario de Nazarenas con presencia de los Reyes de España, El Presidente José
María Aznar, Autoridades Eclesiásticas y Civiles de Lima. Desde el año 2002 se
ha empezó a restarurar los ambientes del Monasterio siendo concluida a mediados
del 2008. El 2009, se restauró la fachada principal del Santuario,
devolviéndole su color original.
Las Sagradas Andas:
Las andas son la estructura que permite
transportar la imagen venerada en procesión. Cargadas en hombros, pueden ser
interpretadas como símbolo de realeza, en tanto permiten evocar las literas de
los reyes. Las andas hacen posible llevar en alto, elevar sobre el pueblo la
imagen, consintiendo una relación más directa con el objeto de su piedad.
Las Andas del Señor de los Milagros están
formadas, en primer lugar; por una especie de mesa de madera de caoba y
refuerzos metálicos sobre la que se alza la imagen; la mesa atravesada
longitudinalmente por cuatro largos travesaños de pino oregón que sirven para
el transporte. Los travesaños, de 3,46 m de longitud, están recubiertos en la
parte superior por planchas de plata y en la inferior ligeramente acolchadas en
terciopelo color morado. Las terminales de las patas son de bronce.
Sobre la mesa se levanta un pequeño podio de
madera recubierto con láminas de plata tallada, que sirve de base a la
imagen.En cada una de las cuatro esquinas del anda, un ángel de plata maciza de
1 mt de alto y 50 kg de peso, con alas desplegadas, sostiene entre las manos
una azucena de plata con trinches de acero, donde se colocan los conos de
flores.
Tanto en la parte frontal del anda, como
posterior se ubican las jardineras también de plata, para los arreglos florales
que se reciben en el recorrido y donde también se encuentran los candelabros de
plata para las velas, cinco al frente de cada imagen, encendidas durante todo
el recorrido procesional. El lienzo del Señor de los Milagros se ubica sobre el
eje transversal del anda. El lienzo, en cuya parte posterior se ubica el de
Nuestra Señora de la Nube, está encuadrado por un doble marco de columnas
salomónicas que rematan en capiteles a modo de querubines, sobre los que se
apoya un arco ornamentado con especies de volutas y rostros de ángeles. El
arranque del arco coincide con los brazos de la Cruz. Columnas, arco y
ornamentaciones son de plata pura y están rodeadas por rayos de plata bañada en
oro de 21 kilates que rematan en 33 puntas. En la parte más alta, sobre los
rayos, aparece el escudo de la Ciudad de los Reyes de Lima. Las Andas del Señor
de los Milagros miden en total 4, 40 m de alto, 1, 64 de lado, y pesaban
originalmente cerca de 1,700 kg, de los cuales 450 kg de plata pura, con los
accesorios pesa cerca de 2,500 kg.
El hábito morado:
Tanto ha crecido este culto con el curso de
los años, que en el mes de octubre en el Perú y en Lima en particular, los
devotos se visten todo el mes con hábitos morados y una soga blanca a la
cintura las damas y corbata morada, al cuello los caballeros. El origen de este
color según cuentan las crónicas, se encuentra en la historia de la Madre
Antonia Lucía del Espíritu Santo, llegada a Lima desde el entonces
corregimiento de Santiago de Guayaquil, una mujer de mucha fe, quien viuda de
un matrimonio obligado, fundó un beaterio de nazarenas cuyo hábito era de color
morado propio de la túnica nazarena. Lamentablemente se le quitó la dirección y
fundó otro beaterio llamado el Beaterio de Monserrate conocido como El
Instituto Nazareno, el cual solo funcionó 17 años por falta de permisos.
Se le terminó dando un espacio al lado de la
capilla del Señor de los Milagros donde sus beatas cuidaban la efigie. Esta
característica está muy interiorizada en la cultura peruana, tanto así que a
Octubre, se le denomina el «mes morado» y junto con las multitudinarias
procesiones es común observar a devotos que usan el hábito todo el mes.
PREGUNTAS DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS
1º_¿Qien lo pinto y donde? Fue pintada en ua pared de adobe.La imagen del Señor de los Milagros fue pintada por un esclavo
angoleño llamado Pedro Dalcon.
2º_¿Porque es el Cristo de Pachacamilla? Porque un negro esclavo que vivia en la zona pinto la imgen en un muro de pachacamilla
curiosamente cuando hubo un terremoto todas las casa se calleron menos
el muro en elq estava pintada dicha imagen...por eso dicen q es
milagrosa.
3º_ ¿Porque lo sacan en prosecion?
El 20 de octubre de 1687, a las 4:45 am, un violento
terremoto que según cronistas de la época duró más de 15 minutos (sic) arrasó
Lima junto al Callao, teniendo una réplica a las 6:30 am, derribando la ermita
edificada en honor al Cristo. Ante la sorpresa general la pared de la imagen
del crucificado quedó nuevamente en pie, por lo que se ordenó la confección de
una copia al óleo y que por primera vez saliera en andas por las calles de
Pachacamilla por idea de Sebastián de Antuñano. Una vez elaborado el trasunto o
copia se sacó en procesión.
4º_¿Cuantas cuadrillas existen?
Una semana para mostrar lo que es la Hermandad a través de
las cuadrillas, auténticas familias con su historia e identidad bien definida.
Me ha llamado la atención cómo los "postulantes", los cachimbos han
recibido la posta y saben contar la historia, las tradiciones, las actividades,
los proyectos.
5º_¿Donde esta actualmente situada? Ubicada en el Altar Mayor del Santuario de
Las Nazarenas de Lima (Perú).
6º_¿Desde cuando se da en huancayo?
La sagrada imagen del Señor de los Milagros realizó su primera
imponente
procesión, acompañada de cientos de fieles, quienes partieron desde su
santuario ubicado en la avenida Huancavelica, para luego recorrer las
principales calles de Huancayo hasta llegar a la Iglesia Catedral de la
ciudad. Agregó que este año, el mensaje del Cristo Moreno debe ser
buscar la paz en la nación, sobre todo en las zonas conflictivas.
7º_ ¿Que dulces vende ahi?
El turrón de Doña Pepa es un dulce tradicional peruano
relacionado con la festividad del Señor de los Milagros, formado por tres o más
palos de harina distribuidos de manera similar al juego jenga, bañado con miel
de chancaca y decorado con grageas y confites de varias formas y colores.
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